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Las plantas detienen su crecimiento en sequía para proteger su ADN, según el CSIC
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Las plantas detienen su crecimiento en sequía para proteger su ADN, según el CSIC

jueves 10 de julio de 2025, 22:30h

Un estudio del CSIC revela que las plantas detienen su crecimiento durante la sequía para proteger su ADN de mutaciones. Investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) han descubierto que esta parada no se debe a la falta de energía, como se pensaba, sino a un mecanismo de defensa que preserva la integridad genética en condiciones adversas. Esta investigación, publicada en Nature Communications, sugiere que el crecimiento continuo en estrés hídrico puede causar más daño celular. Los hallazgos tienen implicaciones potenciales para la agricultura, permitiendo el desarrollo de variedades de plantas que crezcan y se defiendan simultáneamente. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/un-estudio-del-csic-revela-que-las-plantas-dejan-de-crecer-en-sequia-para-proteger-su-adn-de-mutaciones/.

Las plantas detienen su crecimiento en sequía para proteger su ADN, según un estudio del CSIC

Un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), que es un centro conjunto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), ha descubierto que el cese del crecimiento de las plantas durante períodos de sequía no se debe, como se pensaba anteriormente, a la necesidad de conservar energía para activar sus mecanismos defensivos. La investigación, publicada en la revista Nature Communications, sugiere que la razón detrás de este fenómeno podría estar relacionada con un mecanismo de protección del ADN en las células madre de las plantas, que busca evitar la transmisión de mutaciones a su descendencia.

Durante los períodos secos, las plantas tienden a detener su crecimiento. Hasta ahora, esta respuesta se atribuía a la necesidad de redirigir los recursos energéticos hacia la activación de respuestas defensivas. Sin embargo, no todas las observaciones respaldaban esta teoría. El Grupo de Señalización de Plantas del IBMCP, bajo la dirección del investigador del CSIC Miguel Ángel Blázquez, ha propuesto una hipótesis alternativa.

“Hemos creado plantas en las que hemos desacoplado el freno del crecimiento bajo estrés. Aun en condiciones adversas por falta de agua, estas plantas continúan creciendo sin activar su respuesta defensiva”, afirma Blázquez. “Esto nos llevó a pensar que la detención del crecimiento no es consecuencia de una escasez energética, sino que responde a otra causa”.

El daño en el ADN como factor clave

El estrés puede provocar la generación de radicales libres que dañan el ADN (ácido desoxirribonucleico), la molécula responsable de almacenar la información genética. Con esta premisa científica en mente, el equipo del IBMCP investigó si la pausa en el crecimiento podría ser un mecanismo protector para el ADN, dado que este se encuentra más vulnerable al daño durante las divisiones celulares. Los experimentos realizados confirmaron esta hipótesis: las plantas que continúan creciendo bajo estrés acumulan más daño en su ADN y mayor muerte celular comparadas con aquellas que detienen su crecimiento.

Por lo tanto, interrumpir el crecimiento resulta beneficioso para preservar la integridad celular durante épocas de escasez hídrica. Además, como explica Antonio Serrano, investigador del CSIC en el IBCMP, “creemos que hay un beneficio adicional en esta pausa. Todos los órganos reproductivos de la planta, como óvulos y polen, provienen de los meristemos, donde residen las células madre capaces de dividirse continuamente para formar nuevos tejidos y órganos”.

Serrano añade: “Es muy probable que el mecanismo protector del ADN en estas células meristemáticas se active ante condiciones de estrés hídrico y paralice su proceso constante de división y crecimiento para evitar transmitir mutaciones a sus descendientes”.

Implicaciones para la agricultura

Los hallazgos obtenidos tienen importantes implicaciones potenciales para el sector agrícola. Dado que la falta o escasez energética no limita el crecimiento vegetal, esto abre la posibilidad de desarrollar nuevas variedades que puedan crecer mientras se defienden adecuadamente. Sin embargo, cualquier estrategia biotecnológica deberá incorporar algún mecanismo para proteger el ADN o evitar utilizar semillas provenientes de estas plantas para futuras siembras.

En este estudio han participado también otros investigadores destacados como David Alabadí, Cristina Urbez, Silvia Jurado, así como Carlos de Ollas y Aurelio Gómez-Cadenas, quienes colaboraron desde la Universitat Jaume I en Castellón. Las primeras observaciones fueron realizadas en el laboratorio dirigido por Robert Sablowski, investigador del John Innes Centre en Norwich, Reino Unido.

CSIC Comunicación – Comunidad Valenciana
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