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Identifican un mecanismo que afecta la microbiota intestinal y eleva el riesgo de enfermedades
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Identifican un mecanismo que afecta la microbiota intestinal y eleva el riesgo de enfermedades

miércoles 06 de agosto de 2025, 15:57h

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto un mecanismo celular que altera la microbiota intestinal, lo que acelera el envejecimiento celular y aumenta el riesgo de enfermedades múltiples. La pérdida de función de los linfocitos T CD4 afecta la barrera intestinal, provocando inflamación crónica y multimorbilidad. En estudios con ratones, se demostró que trasplantar linfocitos T CD4 jóvenes restauró el equilibrio intestinal y redujo enfermedades. Este hallazgo abre nuevas oportunidades para terapias que promuevan un envejecimiento saludable. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/descubren-un-mecanismo-celular-que-altera-la-microbiota-intestinal-y-que-aumenta-la-aparicion-de-enfermedades-multiples/.

La reciente investigación realizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un vínculo crítico entre la función de los linfocitos T CD4 y la microbiota intestinal, sugiriendo que la pérdida de funcionalidad de estas células inmunitarias podría acelerar el envejecimiento celular y aumentar el riesgo de múltiples enfermedades. Este estudio, publicado en la revista Science Immunology, destaca la importancia del equilibrio intestinal en la salud general.

Los científicos han demostrado que los linfocitos T CD4 son esenciales para mantener la barrera intestinal, una defensa crucial que impide que bacterias y toxinas del intestino ingresen al organismo. Sin embargo, a medida que estas células envejecen o pierden su funcionalidad, se debilita esta barrera, lo que provoca un desequilibrio con la microbiota intestinal y desencadena problemas como inflamación crónica y multimorbilidad.

El impacto del envejecimiento en el sistema inmune

A medida que las personas envejecen, el sistema inmunológico pierde efectividad, lo que se traduce en una respuesta disminuida ante infecciones y vacunas, así como en inflamaciones descontroladas. Esta inflamación persistente, conocida como inflammaging, ha sido vinculada a diversas enfermedades cardiovasculares, neurológicas y metabólicas. Investigaciones previas lideradas por María Mittelbrunn ya habían indicado que el mal funcionamiento de los linfocitos T contribuye a este proceso inflamatorio.

En este nuevo estudio, los investigadores exploraron cómo el envejecimiento de los linfocitos T afecta específicamente la salud intestinal. Utilizando modelos de ratón envejecido, observaron que estos linfocitos perdían su capacidad para controlar la inflamación y proteger la flora intestinal. Esto resultaba en alteraciones en la microbiota y daños a la barrera intestinal, facilitando así la diseminación de bacterias por todo el cuerpo y acelerando el proceso de envejecimiento.

Terapias celulares como solución potencial

Ante estos hallazgos alarmantes, el equipo científico propuso una intervención: trasplantar linfocitos T CD4 jóvenes y funcionales a ratones envejecidos. Esta terapia celular demostró ser efectiva al restaurar el equilibrio intestinal, prevenir la inflamación crónica y reducir significativamente la aparición de enfermedades múltiples. Además, se observó que transferir solo el subtipo regulador de estas células (Tregs) también generaba beneficios similares.

Manuel Montero Gómez de las Heras, investigador del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM), enfatizó que estos resultados respaldan teorías anteriores sobre cómo el deterioro de la salud durante el envejecimiento puede estar relacionado con una inflamación sistémica provocada por un fallo en la barrera intestinal.

Nuevas perspectivas para un envejecimiento saludable

Este trabajo abre nuevas posibilidades para desarrollar terapias destinadas a reforzar el sistema inmunitario intestinal con el objetivo de promover un envejecimiento más saludable y prevenir enfermedades relacionadas con la edad. La investigación fue llevada a cabo por un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa en colaboración con investigadores de la Universidad de Michigan (EE.UU.) y del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL, CSIC-UAM), recibiendo financiación del European Research Council y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

CSIC Comunicación

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