Según las empresas asociadas en AESAM, que representan el 80% de la facturación del sector en España, la Administración ha obviado todas las observaciones de la industria y ha introducido medidas tales como la prohibición de Internet como canal de venta, la restricción y fijación de precios o la prohibición de publicidad a clientes existentes. Todo ello puede traducirse en un impacto negativo en un sector muy dinámico que emplea a miles de personas en España y que el año pasado facturó más de 1.500 millones de euros.
“La forma en que quiere llevarse a cabo la regulación del sector no puede llegar en un momento más negativo, porque significa, en la práctica, un fuerte impacto económico en un escenario muy serio de crisis generalizada”, destaca Rafael Gómez-Gayoso, presidente de AESAM. “Además, los que también se verán afectados de forma notable serán los usuarios, que contarán con menos servicios disponibles y una reducción drástica en la oferta disponible”, añade.
Uno de los aspectos más sorprendentes que destaca la Asociación es que el nuevo Código de Conducta entra en graves contradicciones con otras normas de rango superior a la Orden Ministerial, como son la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), la Ley de Impulso a la Sociedad de la Información, el reglamento que desarrolla la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) y la Ley de Procedimiento Administrativo.
Desconocimiento del sector Entre otras limitaciones, el texto impide la prestación expresa de los servicios móviles de tarificación adicional a través de Internet, precisamente cuando la evolución tecnológica de las redes y los terminales lo convierte en el canal más adecuado, cómodo, económico y seguro para el usuario. La alternativa del Código de Conducta es mantener el SMS como único formato, pese a sus evidentes limitaciones técnicas, especialmente para la comercialización de contenidos complejos, como juegos o archivos multimedia.
Un ejemplo de la improvisación con la que se ha trabajado en la redacción no sólo del Código de Conducta, sino también de la Orden Ministerial, lo constituye el hecho de que no se han tenido en cuenta servicios de valor añadido como los M2M, o “máquina a máquina”. Este tipo de servicios permiten la comunicación automática mediante SMS entre dos sistemas para facilitar un servicio. Un ejemplo de ello serían los sistemas automáticos en automóviles para la generación de avisos de auxilio y emergencia en caso de accidente o avería, que en España se encuentran disponibles en miles de vehículos.
La normativa también supone dejar fuera de servicio los millones de mensajes gratuitos que cada año se envían en España para la prestación de servicios empresariales, bancarios, sanitarios o de marketing móvil, puesto que no se ha reservado una numeración específica para ofrecer este tipo de contenidos.
En último lugar, AESAM alerta de que el borrador presentado introduce un exceso de regulación que supone, en la práctica, una interferencia en los mecanismos del mercado. Para la Asociación, el Código regula determinados aspectos del negocio ignorando su viabilidad y funcionamiento técnicos, lo que afecta a la capacidad de las empresas del sector para adaptarse a la normativa y desempeñar su actividad de forma viable. Según las empresas de la Asociación, la mayoría con amplia presencia internacional, esta regulación acarrea graves inconvenientes para el correcto desarrollo de la convergencia digital en España y la integración de los servicios online en el móvil.
Garantías al consumidor La Asociación recuerda que, desde hace seis años, ha colaborado de forma activa con la Administración para garantizar la máxima transparencia de uno de los sectores más innovadores y dinámicos de la economía española. Asimismo, ha mantenido como prioridad la protección del consumidor y la garantía de sus derechos, como demuestra la existencia de un código de conducta propio que regula, desde hace años, todos los aspectos de la actividad de las empresas asociadas, desde la publicidad hasta la protección de la infancia o la atención al consumidor.
La nueva normativa y el borrador del Código de Conducta parecen reflejar la consideración, por parte de la Administración, de que el sector de los servicios móviles de valor añadido es especialmente problemático para los usuarios. Sin embargo, el importante crecimiento de la demanda en España en los últimos años y los propios datos de la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI) demuestran lo contrario.
En el primer trimestre del año, sólo el 2% del total de reclamaciones presentadas correspondió al apartado “otros”, en el que se enmarcan los servicios de tarificación adicional, junto a otras cuestiones como la protección de datos. En 2007, este punto supuso tan sólo el 1,7% de las reclamaciones. Si atendemos a las consultas realizadas al respecto a través del centro de atención de llamadas y de la página web
www.usuariosteleco.es, el volumen ha sido tan bajo en el primer trimestre del año que ni siquiera se considera relevante, frente al 30,1% de la telefonía fija. Al analizar los motivos de consulta en el área de telefonía móvil, los porcentajes apenas difieren: sólo el 5,3% tuvo que ver, en el primer trimestre del año, con la mensajería SMS.
Un sector dinámico e innovador España es uno de los mercados más avanzados del mundo en el ámbito de la telefonía móvil. Con más de 49 millones de líneas móviles en funcionamiento y cerca de 10 millones de usuarios de líneas 3G, la penetración del sector es del 108,7%, por encima de las cifras de países como Alemania o Estados Unidos[1]. En cuanto al mercado concreto de los mensajes SMS Premium, los ingresos medios por usuario se sitúan en España en 2,21 €, cantidad cinco veces inferior a la que se registra en Japón, tres veces menor a la de Corea del Sur y un 50% inferior a la de Estados Unidos o Suiza. .
Uno de los aspectos más importantes del sector es su contribución a la investigación y al desarrollo. Desde España se han puesto en marcha servicios pioneros de valor añadido vinculados no sólo a los contenidos de personalización en el móvil, sino también a aspectos como geolocalización, asistencia, información e incluso solidaridad y ayuda. La industria móvil es, además, uno de los motores más importantes de la inversión publicitaria. Según información facilitada por Infoadex, se calcula que las diez principales empresas del sector invirtieron más de 272 millones de euros a este fin el pasado año. El nuevo marco regulador, sin embargo, puede transformar radicalmente esta situación, acentuando la crisis existente en estos momentos.
“Desde AESAM siempre hemos mostrado nuestra voluntad de colaborar con todas las instancias de la Administración para establecer el marco regulador más adecuado, dando las máximas garantías al consumidor”, explica Rafael Gómez-Gayoso, de AESAM. “Sin embargo, estamos profundamente decepcionados con los últimos pasos dados desde el Ministerio; además de que no se ha tenido en cuenta nuestra experiencia, el desconocimiento desde el que se está trabajando está a punto de ocasionar graves consecuencias a toda la industria, algo imperdonable en un contexto económico como el que estamos atravesando”, concluye.