Llegó el día 27 de enero y Steve Jobs presentó su nueva creación, el iPad. Ni un ordenador, ni un iPhone, un nuevo concepto de tablet que enamora a unos pocos y ha levantado las iras de los más, quizás por, como siempre, esperar mucho más de lo que luego ofrece la empresa de Cupertino o porque aún no han comprendido la apuesta de Jobs y los suyos.
Empezando por las cualidades, hay que comentar que el iPad no es un teléfono ni un ordenador, como bien señaló el presidente de Apple. Es un aparato intermedio llamado más a reinar en en salón de la casa que por las calles de las ciudades. La falta de la cámara posterior, por lo tanto, no es un gran inconveniente (no me imagino a nadie haciendo una foto con una pantalla de 9,7"), otra cosa es la ausencia de la frontal para videollamada, quizás esta si es más importante. Ofrece un interfaz y un presumible rendimiento sobresalientes, siempre con un diseño de última generación.
En conjunto, el iPad, es el aparato para estar tumbado en el sofá y tener a mano videos, internet o documentos en cualquier momento, con una autonomía prometida de 10 horas viendo videos, prometida por el mismo Jobs.
Sin embargo, su principal handicap está en la ausencia de multitarea. Quizás esto será por compartir el sistema operativo con el iPhone, quien verá pasar la versión 3.2 sólo compatible con este nuevo iPad. Algo que presumiblemente se subsanará en el futuro con una actualización de software (al más puro estilo Apple, como hizo con el bluetooth en el iPod Touch), y que el iPhone ya se ha visto que puede hacerlo, siempre que seamos algo piratas. La aparición de iWork en el iPad tendría que tener esto en cuenta porque, aunque repetimos que no es un ordenador para trabajar con grandes documentos, siempre será útil tener abierto un documento de texto y una página de internet, el correo o bien un video de youtube mientras alguien se conecta a Skype (la que Apple ha liberado la VozIP). Apple podría haber pensado incluso en una multitarea "restringida" a algunas funciones, pero no olvidarse completamente de ello.
A falta de tenerlo en las manos, ya que muchos de los que lo han probado no dejan de alabar sus cualidades (algo sospechoso ya que lo pudieron probar antes del lanzamiento, con lo que la opinión puede estar algo "influída"), todavía no podemos hablar de la nueva experiencia que ofrece Apple. Lo que si está claro es que, al contrario de lo que ocurrió con el iPod o el iPhone, se han levantado muchas más voces en contra del nuevo juguete de Jobs.
No hay que olvidar que han sido los primeros en dar al gran público su visión de lo que debe ser un tablet, por lo tanto, como siempre van un paso por delante de la competencia que se fija en lo que van sacando y no en lo que pueden tener aún bajo la manga. Si bien este primer iPad es una innovación y un adelanto, lo que si será interesante será ver su desarrollo y sus próximas versiones.